jueves, 28 de mayo de 2020

Evitar trampas al momento de negociar cuando hay crisis.

Negociacion_1
En todo el mundo existen infinitas negociaciones que están desarrollándose, los resultados que surjan, si lo miramos literalmente, influirá sobre la vida y también la muerte. Los líderes del mundo como también los asesores que los rodean ya sean en municipios, gobernaciones, empresas, hasta diría los niveles educativos, en sus reuniones están continuamente pensando cómo implementar el distanciamiento social, reducciones de carga horaria, cantidad de personas, las restricciones implementadas por los estados, generar los procedimientos en línea y la incógnita es qué deparará la pandemia.
En este tiempo de crisis la toma de decisiones se generará a través de las negociaciones, en algunas crisis como destrucción de los mercados, guerras o catástrofes naturales, se pueden hasta en algún punto anticiparse y prepararse, pero la pandemia de COVID-19 no es una de estas cosas, la gravedad y la velocidad con que se contagia, amenaza y produce incertidumbre en la información, lo que genera pánico. Esto aplica la necesidad de que las personas debatan sobre posibles soluciones.
La experiencia en las negociaciones debe aplicarse en cada situación, sin embargo, en estos momentos de pánico, se generan trampas de importancia y hace que la decisión sea más difícil, diríamos inapropiada.
Cuando uno pasa de tomar medidas definitivas a medidas de contingencia, el tiempo se deforma, y cuando invade el pánico comienza a cortarse. Pensar en lo inmediato puede generar una sensación de vulgaridad, a partir de que me doy cuenta que estamos inmersos en una crisis existencial me concentro en solucionar lo inmediato, así sea la acumulación de cosas, como vemos en el acaparamiento de alcohol en gel, papel higiénico, porque quizás mañana no lo pueda comprar. Esto puede ser esperable. Algo que es también esperable es el manejo de la puntualidad de las acciones que se lleven a cabo, donde la precaución y las medidas que se tomen anticipadamente va a marcar la diferencia.
El consejo típico para este momento es negociar a largo plazo, la pregunta que aparece es cuáles serán las consecuencias y el impacto que esto genera. Se produce un cono de sombra, se genera una zona gris hacia el futuro. La respuesta sería que sí y quizás veamos que el mañana está muy lejos dejándonos en el medio de esta crisis sanitaria con horizontes diferentes en el tiempo por cada parte los cuales pueden estar alimentados por vivencias, exageraciones mediáticas, por criterios de negocios, las cuales generan preocupación ante las responsabilidades asumidas.
Estar sumergido en semejante situación de crisis es difícil y no podemos ignorar el largo plazo, aunque si se toman todos los recaudos podría existir que los plazos se podrían achicar, por esto debemos de tomar decisiones de provisión ya que ignorar esta situación nos podría complicar en el mediano y largo plazo dejándonos con un deterioro cuando vuelva la normalidad y volvamos a nuestra actividad.
Una posible solución podría ser no elegir entre el corto y largo plazo, al menos no deberíamos pensar de esta forma y buscar medidas de contingencia. Si suponemos, que hoy ya es un hecho, la comunicación es virtual ya que la prioridad es protegerse y preservar la salud, aunque la preocupación sea cómo afecta a nuestro futuro inmediato.
En la negociación lo importante es la seguridad, aunque la incertidumbre nos modifique la planificación, pensando cuáles son las contingencias. Si esto perdura un corto plazo vamos a actuar de una forma y si dura mas tendremos que ver qué implicaciones nos genera, igualmente tenemos que trazar un camino mientras se vuelve a la normalidad teniendo siempre las precauciones necesarias en cada etapa que nos toque transcurrir.
Hoy mas que nunca tenemos que pensar en que la toma de decisiones debe ser de forma de colaboración, la mejor alternativa es llegar a un acuerdo win – win que sea lo mas conveniente, es enfocarse en cómo podemos maximizar las posibles ganancias. Lo que tenemos que pretender es no cometer errores o quedarse con la peor alternativa afectado por situación de crisis que se está pasando.
La mejor respuesta que se puede dar ante este contexto de Coronavirus es que se debe minimizar el riesgo tratando de no sufrir perdidas catastróficas, si permitimos que nuestra ansiedad nos domine podemos pensar que la negociación que estamos llevando a cabo es inútil. Quizá el dialogo familiar en este momento nos permita analizar la maximización de las ganancias, saber cuáles son los costos y los beneficios, tratando de repartir el riesgo, analizar las ventajas y los intereses, es difícil, sí. Negociar en este contexto donde el clima no es el mejor hay que tratar de buscar no centrarse en una ganancia mutua, sino en evitar que las perdidas que se obtengan sean mutuas.
En ocasiones tendemos a tener hábitos de negociación muy arriesgados y sentimos molestias, ansiedades que pueden generar dudas y falta de confianza frente a las intenciones de los demás.
Sabemos que hoy todo tipo de comunicación es de forma virtual, tratando de mantener el distanciamiento social para que no se propague el virus. En aquellos que no se encuentran familiarizados con la tecnología puede ser que genere tensiones en una negociación ya que las investigaciones realizadas por distintas entidades indican que para negociaciones difíciles es inadecuado el distanciamiento.
¿Cuál sería la solución a todo esto? es un poco lo mencionado anteriormente, que la toma de decisión debe basarse en una negociación colaborativa, si tratamos que la negociación sea el intercambio abierto y veraz tratando de generar una ganancia conjunta, puede sonar una búsqueda irrealista hasta idealista en una negociación, pero bajo esta situación de crisis sanitaria es absolutamente necesaria y útil. La situación en la que estamos, de más esta decir que es estresante y que nos genera dudas hasta desconfianza sumado al distanciamiento, por esto debemos concentrarnos en maximizar las ganancias.
Cuando tenemos que pasar de una medida a otra de contingencia cambiando de un tipo de negociación tradicional a una de colaboración puede ser útil, pero esta estrategia es pertinente o critica para los que actualmente tienen una forma de negociar determinada, quizás nos tendremos que acostumbrar a este tipo de negociación en tiempos de crisis, que se producen con mas frecuencia de lo que uno desearía.

Por: Daniel Sande