Para lograr esto,
lo necesario es tener algunas premisas para mantener la calma y la
concentración a pesar de los efectos que pueda producir la incertidumbre
financiera. Para ello he tenido algunas cosas en cuenta, las cuales me gustaría
compartir.
En primer
lugar, debemos concentrarnos en lo que uno puede controlar.
Cuando uno habla
de gestionar las presiones que debamos enfrentar, lo ideal es centrarse en los
aspectos de nuestro negocio el cual podamos controlar. Seguramente no vamos a
poder controlar la inflación, la tasa de interés, el dólar o la demanda sobre
las viviendas, ya que estas son externalidades que uno no puede controlar. Pero
sí podemos controlar cuantas llamadas hacemos por día, mes o año, también como
poder interactuar con los clientes, y algo no menor, es como invertimos en
nuestra capacitación de calidad y no de charlatanes de feria, logrando de esta
forma mejorar nuestras habilidades profesionales. Esto nos permite ser más
productivo en lugar de encontrarnos indefensos ante los cambios constantes.
Recordemos que los hábitos, las acciones, nos dan la oportunidad de ser más
productivos y no nos encuentra indefensos ante los cambios, al contrario, nos
permite generar oportunidades que nos ayuden a aliviar el estrés financiero.
En segundo lugar, es adecuado generar o
desarrollar un paraguas de seguridad financiera.
Ya sé, que muchos
me dirán que no es tan fácil construir un colchón financiero de un día para el
otro. Pero sí podemos generar una estrategia de largo plazo para reducir el
estrés y lograr estabilidad financiera. Lo que también podemos hacer es generar
un hábito que nos permita separar de cada comisión/honorarios un porcentaje
para ahorrar, para poder lograr cubrir entre 3 a 6 meses de los gastos
mensuales. No recuerdo qué millonario dijo que él comenzaría a crecer cuando
tuviera los gastos de un año cubierto y cuando lo logró fue el comienzo de su
éxito. Cuando uno genera un fondo, algunos lo denominan fondo de emergencia,
nos permite tener tranquilidad y por ende disminuye nuestro estrés financiero,
sobre todo cuando la curva del gráfico desciende. Trabajar con una
planificación financiera que esté centrada sobre la base de los honorarios,
puede permitirnos tener metas realistas en inversión, ya sea en marketing u
otra cuestión, sobre la base de las necesidades profesionales.
En tercer
lugar, tener una mentalidad direccionada en el crecimiento.
Cuando uno tiene
la mentalidad centrada en el crecimiento nos ayuda a tener claridad sobre los
desafíos y transformarlos en oportunidades de desarrollo. Un ejemplo, seria:
que cuando la rueda se pone lenta, no la veamos como una amenaza, sino como una
oportunidad para mejorar nuestras habilidades, mejorar u ordenar la base de
datos, sumar capacitación, como también mejorar nuestro plan de marketing.
Cuando cambiamos la perspectiva, nos encontramos que cuando no estoy cerrando
operaciones y no estoy ganando dinero, puedo utilizar este tiempo. ¡Ah! y cómo
puedo usar este tiempo de forma útil? De la forma que mencione anteriormente,
lo cual nos va a permitir reducir ese sentimiento de frustración que nos puede
generar la situación, dándonos lugar al compromiso del crecimiento a largo
plazo.
En cuarto
lugar, si tomamos el hábito de visualizar nuestras finanzas, para verlas con
claridad.
Si generamos el hábito
de ver nuestro sistema financiero cada día, podemos ver cómo vamos alcanzando nuestros
objetivos financieros y ver como los alcanzamos de forma real. Mientras tanto
podemos soñar un poco e imaginarnos que alcanzamos nuestros objetivos,
cumplimos nuestras metas y que estamos trabando con clientes con alto grado de
satisfacción. Algunos estudios, han demostrado que visualizar en nuestra mente
diariamente, nos genera una mentalidad positiva y nos ayuda a superar los
altibajos financieros con resiliencia.
En quinto
lugar. No es malo buscar apoyo, ya sea de forma colaborativa o profesional.
Muchas veces nos
podemos sentir agobiado por la presión financiera y también hace por momento
que nos aislemos, pero hay que tener en cuenta que no estamos solos. Recordemos
que no somos los únicos que presentamos estrés financiero. Si tienes un
referente en el sector es bueno que le consultes, hacer networking entre
colegas puede ser útil, si está enfocado en un grupo de apoyo financiero
direccionado a profesionales inmobiliarios, también es bueno. Cuando nos
encontramos con pares nos genera una sensación de camaradería que reduce ese
sentimiento de aislamiento.
Y, por último,
el sexto lugar. Priorizarse uno y auto cuidarse.
El estrés que nos
genera lo financiero muchas veces hace que nos descuidemos y solo nos centremos
en el trabajo. Pero el cuidado personal es sumamente fundamental si perseguimos
obtener claridad mental y lograr resiliencia. Debemos separa espacio diario para
tener actividades que nos permita recargar nuestras pilas, ya sea haciendo
deporte, tomarse el tiempo para tomar un café o un mate de forma tranquila,
pasar tiempo con la familia o seres queridos. Cuando uno está bien físicamente
y mentalmente, puede gestionar la presión financiera, dando lugar a tomar
decisiones más claras y meditadas.
Porque al final del día, dominar nuestras finanzas no solo
nos da estabilidad, sino también la libertad para seguir creciendo y alcanzando
nuestras metas.
Daniel Sande