martes, 8 de febrero de 2022

π‘¨π’Γ‘π’π’Šπ’”π’Šπ’” 𝒅𝒆 𝒖𝒏 π’‘π’“π’π’šπ’†π’„π’•π’ 𝒂 𝒍𝒂 𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒅𝒆 π’„π’π’π’”π’•π’“π’–π’Šπ’“ 𝒐 𝒂𝒔𝒆𝒔𝒐𝒓𝒂𝒓.

 Cuando estamos analizando un proyecto constructivo o no, tenemos que pensar desde dΓ³nde estamos analizando las cosas. 

Al evaluar un proyecto debemos tener en cuenta distintos aspectos como ser: la tΓ©cnica financiera que permite, acepta o rechazar un proyecto, trabajar sobre pautas predefinidas como la rentabilidad, el riesgo, el tiempo o el endeudamiento. 

Debemos seleccionar por comparaciΓ³n entre aquellos proyectos que cumplan con la toma de decisiones, diseΓ±o del producto y la capacidad de negociaciΓ³n. 

Para tomar decisiones necesitamos: estimar los posibles escenarios futuros, conocer todas las alternativas disponibles, poder asignar resultados a cada alternativa, poderlas comparar y poder establecer un orden de preferencia. 

Pero te tengo que dar una mala noticia y es que no existen planes perfectos, ya que la realidad es imperfecta, pero recuerda que a mayor informaciΓ³n tenemos menor imperfecciΓ³n. Las cosas cambian, a veces demasiado rΓ‘pido, por ello debemos contar con planes flexibles y un plan “B”. 

Para todo esto debemos contar con inteligencia estratΓ©gica que cuente con capacidad interpretativa, capacidad de anticipaciΓ³n, velocidad de reacciΓ³n y una competitividad evolutiva. 

DespuΓ©s de ver esto tenemos que saber cuΓ‘l es nuestro rol, pero esto es para otro capΓ­tulo. πŸ‘¨‍πŸ’ΌπŸ§‘‍πŸ’»πŸŽ“πŸ™πŸ§± 

π‘«π’‚π’π’Šπ’†π’ 𝑺𝒂𝒏𝒅𝒆